El flusheo es el proceso con el cual se remueven los residuos de impurezas que generan depósitos no deseados en los sistemas de lubricación con el fin de conseguir una mejor lubricación, y por lo tanto, una más larga vida de los equipos.


¿Porque es necesario realizarlo?


Las impurezas contaminantes que se acumulan varían en tamaño, composición y efecto.
Las partículas sólidas metálicas son las más perjudiciales, en donde el nivel de daños que producen depende de la consistencia de la impureza y la luz de ajuste existente en los componentes. Estas partículas normalmente son invisibles al ojo humano ya que usualmente tienen dimensiones menores de 40 mm. Por lo que una revisión visual no es suficiente para determinar la limpieza en los sistemas de lubricación. Los flusheos y cambio programado de fluidos y lubricantes dentro de un programa de mantenimiento preventivo disminuyen los riesgos operacionales y las pérdidas económicas por paros no planeados.


Parámetros de un proceso de flusheo efectivo


Luego de una buena limpieza química se realiza la circulación de aceite de flusheo por la tubería para realizar la limpieza. Es esencial que el flujo que circula por el interior de la tubería sea turbulento de forma que la limpieza sea efectiva. Es por ello que es necesario el estudio de cada tramo del circuito para garantizar la turbulencia. La variable que nos entrega un flujo turbulento está dada por el Nº de Reynold. Este es un valor adimensional que depende del caudal de circulación del Ø de la tubería y de la viscosidad del fluido. Es necesario lograr un Nº de Reynold no inferior a 5000 para garantizar la limpieza.


Recomendación:


Recomendamos realizar este procedimiento en sus intercambiadores de calor antes de rellenar con aceite nuevo para que este pueda realizar mejor su funcionamiento y conserve sus propiedades y aditivos.

Para realizar este procedimiento se le retira el 15% del aceite contenido y se realiza un relleno con HIDROFLUSH del 10% de la capacidad total del sistema.